– Vamos a ver el mar por primera vez, aun no puedo creérmelo- dijo Rosa mientras comprobaba que en su mochila estaba todo lo que tenía apuntado en una lista.
– Yo tampoco puedo creérmelo. Va a ser un viaje inolvidable.
– Ya lo creo, lo tengo todo programado. El lunes por la mañana vamos a desayunar, después bajaremos a la playa durante dos horas. A las 12, iremos a ver un museo y después de…
Mientras Rosa seguía con su retahíla, Lucía se colocó los cascos y volvió a mirar al cielo claro, imaginando cómo sería ver el mar por primera vez.